Santiago es una superficie obtusa.
O, quizás una espiral que tiende a configurar el espacio en intervalos casi idénticos. Es así como al observar un conjunto de cosas vemos similitudes aproximadamente cada dos cuadras. Las personas desconocen esta situación y por ello generalmente no se cansan de la rutina, puesto que cada objetivo es similar exteriormente.
Ante la rutina y stress que provoca esa observación dibujo sobre el vidrio una y otra vez, pero ya estoy cansado, las hormigas suben por mi cuerpo, la batahola de bichos me corrompe y rompe. La quijada se resquebraja al sugerir a parte de mi cuerpo moverse. En el vidrio dibujo un hombrecito con 4 líneas rectas, dos elipses y un círculo pero a la distancia solo parece geometría.
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